En este mes de agosto, en el que sentimos con fuerza el viento en algunas partes del país, reflexionemos sobre qué tan sólida es nuestra fe ante aquellos momentos en los que sentimos que lo que ocurre a nuestro alrededor nos mueve tan intensamente que vamos a desfallecer.
Justo este tipo de situaciones nos confrontan, porque es muy fácil creer en Dios y sentirse seguro cuando todo va como queremos. Pero cuando ocurre lo contrario, empezamos a cuestionarnos si Dios nos escucha o incluso pasa por nuestra mente si es consecuencia de algo que hicimos.
En el viento fuerte (los problemas y la presencia del mal) no estaba Dios, experimentó el profeta Elías cuando estaba cansado de la vida y buscando refugio (I Reyes 19,1-18), pero en la brisa suave (la fe) sí estaba Dios.
Te invitamos a revisar estos elementos que pueden afianzar la fe y ser útiles ante un momento de dificultad. Recuerda dar clic sobre los iconos que tienen movimiento para ver el contenido.
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